ixtapa zihuatanejo
"chaluuuuuuua"
Ya sé que los domingos los uso para levantarme tarde… sin embargo, hoy traía unas ganas de un desayuno buffet y la cama me escupió directo a buscarlo.

“¿Ya tienes un diseño en mente? Si prefieres un estilo tipo postal minimalista, o un diseño más editorial; encontrarás una opción increíble para cada elección y necesidad".
Fue así como caminé por todo Zihuatanejo en busca de mi desayuno, y déjenme decirles que me costó mucho trabajo encontrarlo porque encontré lugares muy lindos que olían a gloria, pero me ofrecían una carta y eso no es lo que yo andaba buscando –y la verdad si soy bien terca-. Así que caminé y caminé y caminé hasta que llegué a La Madera.
Hubo un momento en que sentí que no iba a triunfar y estaba dispuesta a desayunar lo que fuera para calmar mi hambre, así que me senté en una banquita muy coqueta que me invitó a tomarme una foto con una carreta del año del ciclón que se adornaba con unas flores que olían bien rico… cuando de pronto, otro olor como salido de un capítulo de la Pantera Rosa, me hizo voltear y toparme con un montaje de “Desayuno Buffet”… si señores, es oficial, las cosas llegan cuando las dejas de buscar.
Me percaté que había entrado a un lugar que se llama “La Casa Vieja Zihuatanejo”, pero yo no me había dado cuenta pues parece un jardín rústico, al aire libre con mucha vegetación… pareciera como si alguien hubiera abierto las puertas de su casa y en su espacioso patio, de manera acogedora montó un restaurante divino.
Bueno, antes de decidir quedarme, recorrí el buffet para ver si me atraía… la barra de cereales, fruta y jugos es indispensable para abrir apetito y estaba bien surtida –primer palomita-, seguí con una plancha en donde te preparan cualquier cantidad de antojitos mexicanos y huevos al gusto –segunda palomita-, la barra de platillos tenía desde chilaquiles hasta pancita pasando por chiles rellenos, ahí fue donde decidí quedarme porque la variedad era muy buena –tercer palomita-.
Ya muy sentada y con el primer café en la mano –también buenísimo-, fue que empecé a observar con detenimiento el lugar, y de entrada les cuento que la mesa que elegí alguna vez fue una puerta, si, con aldaba y toda la cosa, las lámparas son de bejuco y la decoración es de lo más rica… no se me ocurre otra palabra… cada mesa, tablón, centro de mesa, la vajilla, el horno de barro, y no quiero dejar de mencionar los baños, son per-fec-tos. (si quieren saber por qué van a tener que venir, já)
Tienen 20 años ofreciendo estas delicias al visitante y gente local, pues además del desayuno tienen una vasta carta que ofrece un abanico de sabores incluyendo el pozole de mariscos, una variedad del ya tradicional pozole guerrerense –tendré que venir a probarlo-.
Después de platicar un muy buen rato con Catalina, responsable de este lugar, y reírnos de tantas experiencias que compartió conmigo y explicarme qué significa la decoración y algunos accesorios que la han elegido a ella y no al revés –como un buda que está en la caja de cobro y yacimientos de cuarzo que le han traído suerte-, terminó por compartirme una tradición de La Casa Vieja Zihuatanejo, que se me hizo de lo más íntima, mágica y significativa… resulta que hay una bebida que se prepara ahí mismo que se llama “Chalua”, y es un digestivo que tiene una leyenda proveniente de los Dioses y quien la pruebe además de adquirir mucha suerte, ha de regresar a Zihuatanejo, a la Casa Vieja y lo ha de atender el mismo mesero.
La leyenda dice que hay que tomarla de un trago y al terminar hay que gritar “chaluuuuuua" y así lo hice... con este grito comprendí que mi caminata del domingo había valido el esfuerzo. Llegué a un lugar en donde un rito de buena suerte y fortuna me estaba esperando… una vez más rodeada de sabores exquisitos y seres llenos de luz.
Que la leyenda se cumpla y me traiga de vuelta –de preferencia el siguiente domingo-
Aquí los veo, people =)